de Anna Scicolone, desde Madrid
Mi mejor enemiga me mira con cariño, me dice que sabe lo que es bueno para mí. Me pide que le haga caso. Mi mejor amiga me habla con hostilidad, me pide que no escuche a mi mejor enemiga, me pide que le haga caso. Ambas viven en mi, se odian, luchan entre ellas. Cada una tiene su razón para existir. Cada una, a su manera, me quiere. Pero yo no las quiero a ellas. Quiero que se vayan. Sin embargo, cuando al fin se han ido me he dado cuenta de que el tres era, realmente, el número perfecto. Ahora, la soledad nunca me abandona.
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