de Anna Scicolone desde Madrid
Le encantaba mirar el caer de la lluvia, observando el mundo moverse desde su ventana. En aquel universo extraño y distante, pequeños puntos indefinidos vagaban por la ciudad, mezcládose entre ellos. El caos y la nada, allí. Protagonistas y marginados, ellos. Quizás quiénes eran. Almas en busca de una identidad, de un cuerpo nuevo al que pertenecer, de una vida libre de las obsesiones. Quizás. Ella nunca llegó a saberlo. La lluvia intensa, que caía dentro y fuera de su mundo, le impidió distinguir cosas y personas. Ella era una lágrima de lluvia, prisionera en un chubasco sin fin.
Leave a Reply
Your email address will not be published. Required fields are marked (required)